Había una vez un niño llamado Tomás , que suspendió cinco asignaturas ,cosa que en él parecía muy raro ya que era muy listo y estudioso.Sus padres decidieron llevarlo al psicólogo. El niño se negaba con todas sus fuerzas, él decía:
- ¡Yo no estoy loco , el psicólogo es para locos!
Pero de todas formas tuvo que ir. El psicólogo se llama Juanjo, Tomás le contó la razón por la que venía y también lo que le había pasado durante estas cinco semanas atrás. Le narró que su padre tenía una carpintería y le iba bien ,pero su tío convenció a su padre para que lo cambiará por un bar de chulitos para jóvenes , los horarios ya no eran los mismos , su padre llegaba muy tarde a casa.
A Tomás no le gustaba la idea , prefería la pequeña carpintería , sabía que así ganarían más dinero, pero como él dice"El dinero no da la felicidad "
A lo largo que iban ganando más dinero se mudaron al lado de una prima que Tomás y ella se llevaban estupendo , pero aún así seguía extrañando la carpintería. El hermano mayor de él no quería seguir estudiando y se metió con su padre al bar de chulitos . Su prima y él intentaron varias veces arruinar el negocio como por ejemplo , hechando gas apestoso centro del bar, pero no funcionó . Y Tomás no es que no era listo sino que suspendió porque él quiso .
Yo recomiendo este libro porque nos enseña que no hay que estar loco para ir a un psicólogo, que hay que valorar nuestras cosas.
Yolanda Aguilera Sánchez
1°b
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